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Primeros hechos documentados en la proyección nacional e internacional de la música de acordeón colombiana. 1950-1960

 

Autor: Ángel Massiris Cabeza

Perfil académico
Blog: Cultura musical del Caribe colombiano
Blog: Geografía, desarrollo y ordenamiento territorial
Índice interactivo de publicaciones digitales
Correo: massiris@gmail.com

Fecha de publicación: 6 de agosto de 2025

Derechos de autor: Este trabajo está protegido por las normas de derecho de autor. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin la autorización del autor. Solo se autoriza la divulgación del enlace de la publicación que se muestra a continuación:

https://musicaribecol.blogspot.com/2025/08/primeros-hechos-documentados-en-la.html

Revisión y asesoría discográfica: Pedro Ricardo Rodríguez
Revisión y asesoría musical: Ismael Rudas Mieles.

Nota. Al final del informe el lector podrá dejar sus comentarios o aportes, a partir de los cuales se podrán hacer ajustes al presente texto en futuras actualizaciones.

INDICE

INTRODUCCION

1. PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN CUNDIBOYACENSE. LOS ALEGRES VALLENATOS, 1950

2. PROYECCIÓN NACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN VALLENATA, 1952-1954
2.1 Fermín Pitre, primer acordeonista vallenato en presentarse en Bogotá, 1952
2.2 Juan López y Juan Manuel Muegues, nuevos acordeonistas vallenatos en Bogotá, 1952
2.3. Regreso de Fermín Pitre a Bogotá, 1952
2.4 Luis Enrique Martínez en la Media Torta, 1954
2.5 La música de acordeón vallenata llega al Teatro Colón, 1954

3. PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN SABANERA. LOS HERMANITOS FERREIRA, 1955-1960
3.1 Proyección nacional, 1955
3.2 Primera gira internacional, 1956-1958
3.2 Segunda gira internacional, 1959
3.3 Presentación en el Show de Ed Sullivan
3.4 Galería, 1955-1959

4. CONCLUSIÓN
REFERENCIAS CITADAS

INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de música de acordeón colombiana en este trabajo nos estamos refiriendo a aquella en la que el acordeón es el instrumento principal, el que interpreta la parte melódica acompañada de diversos instrumentos. El acordeón puede ser de botones diatónico o cromático o de teclas o a piano; los instrumentos acompañantes pueden ser, percutivos como la caja, timbal, guacharaca, güiro, conga, batería, bongó y bombo, entre otros; cordófonos como la guitarra que ha sido el más tradicional; y de viento como el bombardino y el saxofón, entre otros.

La música de acordeón colombiana se ha expresado en distintos estilos en las diversas regiones del país, como resultado de las diferencias histórico-culturales existentes en el proceso de desarrollo artístico de las mismas; pudiéndose hablar de música de acordeón cundiboyacense, vallecaucana, paisa, sabanera y vallenata, entre otras; las cuales, aunque comparten ritmos e instrumentos en mayor o menor medida, presentan diferencias en su estilo y sonoridad, notables en casos de agrupaciones cundiboyacenses como las del bogotano Julio Torres con sus Alegres Vallenatos y el girardoteño Rómulo Caicedo; de agrupaciones paisas como las de Arturo Ruiz del Castillo y Gildardo Montoya; vallecaucanas como la del bonavarense (de Buenaventura) Emiro Caicedo con Los Alegres del Valle; sabaneras y atlanticenses como las de Andrés Landero, Eugenio "Geño" Gil, Fortunato Chadid, Los Hermanitos Ferreira, Morgan Blanco, Ángel Vásquez, José María Peñaranda, César Castro y Aníbal Velásquez; y  agrupaciones vallenatas como las de Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, Pacho Rada, Armando Zabaleta, Esteban Montaño y José Barros y su Conjunto Típico.

A veces se tiende a englobar todas estas diferencias estilísticas regionales de la música de acordeón bajo el nombre de música vallenata, llevando este último concepto casi a ser sinónimo de música de acordeón, lo cual va en contravía de la premisa aceptada por gran parte de los versados de que "No todo lo que se toca en acordeón es vallenato" y que "no todo vallenato se toca con acordeón".

Bajo la premisa conceptual anterior, en el presente trabajo se examinan los hechos más notables que dieron inicio a la proyección nacional e internacional de la música de acordeón colombiana en el período de 1950-1960; hechos que necesariamente tenían que pasar por Bogotá, la capital de la República, en la que se concentraban los principales medios de divulgación con proyección nacional del período: periódicos, emisoras, televisión, centros de espectáculos públicos y personajes de la vida pública del país. Por ello, los principales hechos que se señalan a continuación, tuvieron como epicentro, la ciudad de Bogotá, desde donde se proyectaron al ámbito nacional e internacional.

1. PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN CUNDIBOYACENSE. LOS ALEGRES VALLENATOS, 1950

Un primer hecho significativo en la difusión nacional de la música de acordeón colombiana fue, sin duda, la primera grabación realizada por Julio Torres con el Conjunto Los Alegres Vallenatos. Aunque Torres no era nativo del Magdalena Grande, el territorio originario de la música vallenata, adoptó el sintagma vallenato en el nombre de su agrupación "Alegres Vallenatos", quizás en homenaje a Guillermo Buitrago a quien Torres admiraba o por estrategia comercial, dada la popularidad que hacia finales de los años cuarenta había alcanzado la agrupación “Bovea y sus vallenatos”, la primera en identificarse como vallenata.

Los Alegres Vallenatos estaban integrados por su cantante y director Julio Torres, el acordeonista Honorio Morales más conocido como Homo Morales, sobre cuyo tierra natal existen diversas opiniones como la de Alfonso Cortés Marroquín, autor del libro "El vallenato en Bogotá", quien afirma que es ibaguereño y no barranquillero como generalmente se ha considerado, aspecto que está por confirmar. Otros integrantes de la agrupación fueron  Custodio Morales, Eliseo Márquez, José Mejía y Jorge Rojas, encargados de la ejecución de la guitarra, la guacharaca y el bongó, entre otros instrumentos (Cortés, 2022); (Archivo Histórico de Bogotá, 2025).

La primera grabación de la agrupación fue un disco de 78 revoluciones por minuto (rpm) con el que, el recién creado Sello Vergara de Bogotá, inauguró en el mes de junio de 1950, su producción discográfica; el cual incluye las canciones “Los camarones” y “El aguacero”, ambas aparecen registradas en los marbetes como paseo, sin embargo, la estructura musical de Los camarones, correspondiente a 6/8 según el maestro Ismael Rudas Mieles, lleva al maestro a considerar que existe un error en el registro del ritmo que se observa en el marbete, pues esa estructura corresponde es al merengue (ver imagen 1 y audio).

Imagen 1

Los camarones (audio)

  

Nunca antes, se había producido un disco de música de acordeón que tuviera tanta aceptación en el mercado del interior del país. Su especial impacto se dio dado que el compositor y cantante de ambas canciones: Julio Torres, como bogotano, imprimió un estilo musical y una sonoridad, distante del estilo tradicional de la música de acordeón vallenata y sabanera de la región Caribe, muy acorde con el contexto sociocultural cundiboyacense; que caló en el gusto de los bogotanos y de los habitantes del interior del país, quienes, hasta ese año, habían estado renuentes a aceptar la música de acordeón costeña.

La alta difusión de este disco fue noticia en los principales periódicos del país, por el alto volumen de ventas logrado en los primeros tres meses, tasado, según el Archivo histórico de Bogotá, en unas 300.000 copias (Archivo Histórico de Bogotá, 2025), la mayoría compradas en el mercado de Bogotá, cuando esta ciudad apenas tenía 715.000 habitantes; algo sin precedentes en la historia de la música de acordeón colombiana y un referente histórico del inicio de la difusión nacional de dicha música.

Cinco meses después de la salida al mercado del disco, en el mes de octubre de 1950, el diario El Tiempo, anunciaba el debut de Los Alegres Vallenatos en el Teatro Imperial y su contratación para actuar en la Emisora Ondas de Ibagué (Ver imagen 2a). En otra edición de finales de octubre, este mismo diario informaba sobre exitosas actuaciones de la agrupación en Cali, específicamente en Radio Pacífico, en el encopetado Club San Fernando, así como el recién creado en aquel momento, Hotel Aristi y en todos los teatros del circuito de Cine Colombia. Desde Cali partirían hacia Popayán y Pereira. En esta última ciudad los esperaba un contrato ofrecido por el señor Mario Arango Mejía para actuaciones en su emisora Voz de Pereira y grabaciones en su sello discográfico Discos Mario. Así mismo, en esa misma noticia de El Tiempo, se informaba sobre invitaciones recibidas por la agrupación para actuar en México y Venezuela, programadas para finales del año (Ver Imagen 2b).

A comienzos de diciembre de 1950, el diario El Espectador informaba, a dos columnas, sobre el próximo viaje de Julio Torres y su hermano Carlos a México, como parte de la delegación “Los hoteleros colombianos”, organizada por la actriz colombiana, Alicia Caro (Archivo histórico de Bogotá, 2025), quien para esa época estaba residenciada en México y gozaba de alto reconocimiento artístico por su participación en varias películas.

El notable impacto de las dos canciones en referencia, en especial, “Los Camarones”, llevó a la revista Semana, a realizar un extenso reportaje a Julio Torres publicado en la edición del 30 de diciembre de 1950, en cuya portada aparece un dibujo de Enrique Carrizosa que muestra el rostro de Julio Torres rodeado de camarones. El reportaje se tituló “El autor de Los Camarones: para cada fiesta un merengue” (Archivo histórico de Bogotá, 2025) (ver Imagen 3).

Imagen 3

Fuente: Tomada de Instagram @elGrafomano, 2019. 

Otro indicador de la proyección nacional e internacional de “Los Camarones” lo constituyó la usurpación de la melodía de esta canción en una producción discográfica en República Dominicana, titulada “Se robaron la gallinita”, que, según una nota periodística del diario El Tiempo de marzo de 1951, “se trataba ni más ni menos de un plagio casi absoluto, de la música ya internacionalmente popular de Los camarones” (ver imagen 4).

El inesperado fallecimiento de Julio Torres el 9 de enero de 1951, en Cartagena, a sus 21 años, interrumpió abruptamente la dinámica de expansión nacional e internacional de la música de acordeón cundiboyacense que este artista con sus alegres vallenatos, en solo tres meses, ya había llevado más allá de las fronteras nacionales.

2. PROYECCIÓN NACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN VALLENATA, 1952-1954

En el año 1952 ocurrieron dos hechos importantes en la proyección nacional de la música de acordeón vallenata, de la mano de conjuntos organizados por el médico, antropólogo, escritor y folclorista loriquero (de Lorica, Córdoba) Manuel Zapata Olivella (1920-2004), quien, en ese año, organizó dos expediciones folclóricas a Bogotá, llevando en la primera al acordeonista Fermín Pitre y en la segunda a los acordeonistas José López y Juan Manuel Muegues, tal como se examina a continuación.

2.1 Fermín Pitre, primer acordeonista vallenato en presentarse en Bogotá, 1952

En mayo de 1952 llega a Bogotá, procedente de La Guajira, el primer acordeonista costeño que se presenta en Bogotá: Fermín Pitre, como parte de una delegación de artistas reunidos por Manuel Zapata Olivella; quien había iniciado ese año actividades de difusión del folclor costeño. Entre 1952 y 1954 los hermanos Manuel y Delia Zapata Olivella realizaron varias muestras del folclor costeño en Bogotá.

La primera, se realizó en mayo de 1952, con la participación de gaiteros, cantadores, acordeonistas, improvisadores y tamboreros procedentes del Magdalena Grande y del Bolívar Grande, este último integrado hoy por los departamentos de Bolívar, Córdoba y Sucre. La delegación llegó a Bogotá el 10 de mayo de 1952, hecho que quedó registrado en el diario El Tiempo (ver Imágenes 5a y 5b).

Imagen 5a

Fuente: El tiempo, 09-05-1952

Imagen 5b
Fuente: El tiempo, 10-05-1952

Como representante de los gaiteros hizo parte de la delegación Toño Fernández, el afamado gaitero y decimero de San Jacinto (Bolívar) con su grupo de gaiteros integrado por músicos y bailadores, incluido el joven Andrés Landero, a sus 21 años de edad, quien hacía parte de los bailadores del grupo. Por el Magdalena Grande participaron el acordeonista fonsequero: Fermín Pitre, hijo del legendario acordeonista guajiro Luis Pitre, así como el cantante y decimero sandiegano: Antonio Morales; el cantante, decimero, guacharaquero y ejecutante de la armónica de El Plan: Antonio Sierra y el cajero sandiegano Juan Crisóstomo Oñate “Pichocho”, entre otros. En esta primera muestra folclórica, las presentaciones se hicieron básicamente en espacios cerrados como centros culturales y salas de conferencia.

2.2 Juan López y Juan Manuel Muegues, nuevos acordeonistas vallenatos en Bogotá, 1952

Al culminar la primera muestra folclórica se realizó la evaluación de la misma por parte de Manuel Zapata Olivella de la que resultaron tres conclusiones: 1) que el carácter cerrado y muy académico de la primera muestra no había permitido una amplia difusión; 2) que había que volver pronto a realizar una segunda muestra en escenarios de mayor proyección pública y 3) que había que corregir problemas de indisciplina que presentaron algunos miembro de la delegación.

Con base en dicha evaluación, el maestro Zapata Olivella comenzó rápidamente a organizar la segunda expedición a Bogotá y otras ciudades del país. El grupo inicial fue ampliado y renovado buscando mayor disciplina y mayor representatividad de las diferentes expresiones folclóricas de la Región Caribe. En el caso de la representación de los conjuntos de música de acordeón del Magdalena Grande, Fermín Pitre fue reemplazado por los acordeonistas Juan López y Juan Manuel Muegues, como cantante y guacharaquero se incluyó a Dagoberto López Mieles y como cajero a Crisóstomo Oñate “Pichocho”. Del Atlántico se incluyó el cañamillero baraonero Serafín Acosta y el decimero y tamborero galapeño Pedro Hernández. De San Basilio de Palenque (Bolívar) se incluyó una pareja de baile integrada por Graciela Salgado, hija del bailador y tamborero palenquero Paulino Salgado, conocido con el apelativo de “Batata” y Ceferino Tejedor, hijo del cantador de Lumbalú, Andrés Tejedor. La idea de Zapata Olivella era lograr realizar presentaciones en escenarios de proyección nacional como el Teatro Colón y otros.

El 28 de junio de 1952, apenas seis semanas después de la primera muestra, el grupo llegaba a Bogotá. La noticia quedó registrada en el diario El Tiempo, en su edición del 29 de junio de 1952 (ver imagen 6). 

Tres días antes, Gabriel García Márquez había escrito una columna en el periódico El Heraldo de Barranquilla en la que daba cuenta de la renovación del grupo. José Atuesta Mindiola reprodujo apartes de dicha columna, que por su interés en el tema que estamos tratando se reproduce textualmente, a continuación.

“El grupo de Manuel Zapata Olivella, que vuelve a Bogotá después de una tregua. Está ahora renovado en parte y complementado. A Fermín Pitre lo llamaron a calificar servicios, vino en cambio, nada menos que Juan López, tal vez -y quizá sin duda- el mejor acordeonista de su región. Y como Juan no canta se trajo a su primo hermano Dagoberto López, el maestro de escuela de la Paz que hace una semana se hizo reemplazar y cambió a sus muchachos… por esta maravillosa aventura de andar cantando a cualquier hora, que es lo que le gusta. Y otro acordeonero más: Muegues, que mucho debe conocer su oficio cuando Rafael Escalona lo tiene apadrinado, con la misma intransigencia que le pone a todas sus cosas…” (García Márquez, 1952; citado por Atuesta Mindiola, 2021).

Además de Bogotá, estuvieron en Cali, Armenia, Manizales y Medellín. La excursión dio pie a la canción “la gira” de autoría de Juan Manuel Muegues, interpretada por Jorge Oñate con Emilianito Zuleta y su conjunto, en la cual Muegues hace una breve descripción del recorrido realizado, a continuación, se puede leer la letra y escuchar el audio).

Letra:

Voy a hacer una recorrida / por todito el interior
Como llevo buena gira / yo me llevo mi acordeón (bis)
Salí de Valledupar / y llegué hasta Fundación
En Barranquilla cogí avión / y llegué hasta Bogotá (bis)
Que gira tan grande / tan lejos de Manaure
Que gira tan larga / que es lo que me enguayaba (bis)

En Armenia cogí tren / y llegué directo a Cali
Y llegué hasta Manizales / dice Muegues Juan Manuel (bis)
Manuel Zapata Olivella / que es un médico ilustrado
Cuando iba llegando a Armenia / Lo noté desorientado (bis)
Que gira tan grande / tan lejos de Manaure
Que gira tan larga / que es lo que me enguayaba (bis)

El que sale en esta gira / tiene que ser hombre libre
Que abandone a la familia/ de lo contrario no sirve (bis)
Cuando terminé la gira / y después de tanta vuelta
Llegué a donde mi familia / y estaba mi mujer contenta
Que gira tan grande / tan lejos de Manaure
Que gira tan larga / que es lo que me enguayaba (bis)

La gira (audio)
  
 
Llaman la atención los versos que dicen: Manuel Zapata Olivella / que es un médico ilustrado /Cuando iba llegando a Armenia / Lo noté desorientado, al respecto el maestro Félix Carrillo Hinojosa, en una de sus publicaciones, plantea que dichos versos expresaban la preocupación del grupo a su llegada a Armenia, por rumores que señalaban un posible asalto de "Los chulavitas" a dicha ciudad (Carrillo Hinojosa, sf) 

2.3. Regreso de Fermín Pitre a Bogotá, 1952

Después de ser excluido de la segunda muestra folclórica descrita en el numeral anterior, Fermín Pitre organizó un nuevo conjunto bajo su dirección, al que llamó “Pitre y sus muchachos”, integrado por Cirino Castilla, Gumersindo Pitre, Talo Ariza y Donaldo Gutiérrez; utilizando caja, guacharaca, acordeón y maracas. Con su conjunto, Pitre volvió nuevamente a Bogotá a mediados de agosto de 1952, donde realizó actuaciones en radioteatros de emisoras. La llegada de Fermín Pitre con sus muchachos a Bogotá quedó registrada en el diario El Tiempo, en su edición del 14 de agosto de 1952 (ver Imagen 7).


2.4. Luis Enrique Martínez en la Media Torta, 1954

En el año 1954 ocurren nuevos hechos en la proyección nacional de la música de acordeón vallenata. Es un año en el que el acordeonista guajiro Luis Enrique Martínez ya había logrado un alto reconocimiento regional, dado el impulso que desde 1951 le venía dando Discos Fuentes al Conjunto Lírico Vallenato, en el cual Martínez era el actor central. Esto ameritó que Luis Enrique y su conjunto fueran seleccionados por el Departamento de Extensión Cultural de la Alcaldía de Bogotá para participar en un festival al que concurrirán artistas nacionales e internacionales.

El evento se realizó el 16 de mayo de 1954 y en él participaron la agrupación de baile español Los chavales de Sevilla, los Mímicos Peter y Charlote, el popular dúo Los Tolimenses, el cantante melódico Farías Cabanilla, el cantante del género internacional, Carlos Argentino Torres y el Conjunto Lírico Vallenato dirigido por Luis Enrique Martínez, así quedó registrado en el periódico el Tiempo en su edición del 16 de mayo de 1954 (ver noticia).

2.5. La música de acordeón vallenata llega al teatro Colón, 1954

Con base en la experiencia ganada en las dos expediciones folclóricas realizadas por los hermanos Zapata Olivella en 1952; se preparó una nueva con un repertorio mucho más amplio de las distintas expresiones folclóricas costeñas, del que hizo parte nuevamente la representación de la música de acordeón del Magdalena Grande con su caja, guacharaca y acordeón interpretando paseos y merengues al estilo vallenato; en conjunto con Toño Fernández con sus décimas y sus gaiteros de San Jacinto, incluido el tamborilero José Lara, quien hacía un solo de tambor con el tema “El avión" y Andrés Landero quien fungía como bailador. También hicieron parte la cumbiamba de Soplaviento con flauta de millo, así como cañamilleros de Mahates, el Chino Álvarez relatando anécdotas con su fino humor costeño, Esteban Cabeza, cantante afrocolombiano y los cantantes Gilberto Marrugo y Emilia Valencia, entre otros.

Entre los espectáculos dancísticos estaba la danza de los indios farotos, la danza del tejido de palma, la danza de los gallinazos, danza de los diablitos de espejo, baile carnavalero, así como bailes típicos: cumbia, mapalé, currulao y bullerengue.

El 11 de agosto de 1954 fue el debut en el Teatro Colón de Bogotá, un hecho trascendental si se considera que dicho teatro es el summum del arte nacional, en el que, hasta ese momento, poco habían llegado las músicas folclóricas costeñas. De este modo, la música de acordeón vallenata se vistió de frac, junto con las demás músicas costeñas representadas en las danzas folclóricas de Delia Zapata Olivella. Este trascendental hecho fue noticia nacional que tuvo un amplio despliegue en los principales diarios del país. En las Imágenes 8a y 8b se muestran dos de las noticias publicadas en el diario El Tiempo, tanto antes de la presentación como al día siguiente.

Imagen 8a

Fuente: El Tiempo, 11-08-1954

Imagen 8b

Fuente, El Tiempo, 12-08-1954

La presentación en el Teatro Colón se repitió con un nuevo repertorio al día siguiente, posteriormente se presentaron en la Media Torta y una semana después, el 16 de agosto, debutaron en el Teatro de la Comedia también en Bogotá (ver Imagen 9a). El 21 de agosto, con el patrocinio de la revista Cromos y de la oficina de Extensión Cultural municipal participaron en el primer festival de danzas folclóricas (Ver Imagen 9b), un evento público, realizado al aire libre en Bogotá. La gira continuó en septiembre en Cali, en donde la exposición folclórica debutó el 9 de ese mes, en el teatro municipal, siguiendo luego a Manizales y Armenia.

Imagen 9a

Fuente: El Tiempo, 16-08-1954

Imagen 9b
Fuente, El Tiempo 21-08-1954

Posterior a estas presentaciones nacionales, en el año 1957, los hermanos Zapata Olivella con sus danzas folclóricas se trasladaron al ámbito internacional y, durante dos años realizaron exhibiciones en Europa y Asia: París y la Televisión francesa, Berlín, Moscú, Pekín y Mongolia interior, entre otros. A dicha gira había sido invitado el acordeonista sabanero Andrés Landero, quien finalmente no asistió. No hubo representación de la música de acordeón colombiana en esta importante gira internacional.

3. PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA MÚSICA DE ACORDEÓN SABANERA. LOS HERMANITOS FERREIRA, 1955-1960

Este tema fue objeto de un trabajo de este autor publicado en mayo de 2024, disponible aquí. En el presente trabajo se  resumen y actualizan algunos apartes de la publicación mencionada, que dan cuenta del aporte que Los Hermanitos Ferreira le hicieron a la proyección nacional e internacional de la música de acordeón sabanera en el período de 1955-1960.

La agrupación estuvo integrada por cuatro niños hermanos nacidos en Bogotá y formados musicalmente, en sus inicios, en Sincelejo:  Richard, el mayor, nacido el 6 de enero del año 1943; Luis Carlos, el 27 de abril de 1944; Álvaro, el 1 de enero de 1946 y Néstor Alfonso (kico), el menor, el 12 de octubre de 1952. Niños con un talento artístico prodigioso, quienes conformaron un conjunto de música de acordeón en Sincelejo, en el año 1955, cuando apenas el menor tenía tres años y el mayor doce; realizando varias presentaciones en el radioteatro de Radio Sincelejo (Ver Imagen 10). 

Imagen 10

Un testimonio de las canciones interpretadas en las presentaciones realizadas en esta emisora se titula La guacharaca de Carlitos, un homenaje cantado que los niños le hacen a un instrumento clásico de la música de acordeón del Caribe colombiano, en cuya interpretación es clara la identidad de los Hermanitos Ferreira con el estilo tradicional sabanero de la época (ver Audio)

 La guacharaca de Carlitos (audio)
     

En su discografía predomina la interpretación de cumbias, guarachas, porros y merecumbés. Esta agrupación rompió con todos los esquemas artísticos tradicionales de la música de acordeón colombiana de la época, al incluir uniforme vistoso, coreografías, baile escénico, manager y llevar nuestra música por todo el continente americano, incluido varios estados de la Unión de Estados Americanos (USA).

Entre 1955 y 1960, Los Hermanitos Ferreira presentaron un show emocionante, con el acordeón, la caja, la guacharaca y los timbales de tal manera que causaba delirio en la audiencia. Su exhibición incluía solos de guacharaca y timbal, utilización de diferentes tipos de acordeones: diatónico, cromático y a piano, así como baile escénico protagonizado por el niño menor que solo tenía tres años en 1955.

3.1 Inicios de la proyección nacional, 1955

En 1955 fueron presentados ante el presidente de la República, Gustavo Rojas Pinillas (ver imágenes siguientes), quien los nombró embajadores culturales del país. Asimismo fueron invitados a la recién inaugurada televisión colombiana para presentarse en el programa Telecirco (ver imágenes siguientes), siendo la primera agrupación de música de acordeón de Colombia en ser presentada en la televisión. De igual manera recibieron pasaporte diplomático y obtuvieron acreditación como embajadores culturales de Naciones Unidas. 

3.2 Primera gira internacional, 1956-1958

El despegue de la proyección nacional de la agrupación y, en consecuencia, de la música de acordeón que interpretaban, arrancó en el año 1956, con su primera presentación en la Emisora Nueva Granada de Bogotá, seguido por presentaciones en la Plaza de Toros de Santamaría (ver Galería). En 1957 ganan el primer premio en la Feria de Manizales y son contratados para presentarse en diferentes teatros de Bogotá: Diana, Sexta Avenida, Las Cruces, etc. 

En 1958 realizan su primera gira internacional iniciando por Suramérica, realizando presentaciones en Perú, Ecuador, Bolivia y Chile, las cuales fueron registradas por el Semanario Pantalla de Medellín como se puede observar en la Imagen 10a que se muestra a continuación.

Imagen 10a

Fuente: Semanario Pantalla, 25-04-1958

Seguidamente, se dirigen hacia México donde realizaron múltiples actuaciones. En la imagen siguiente se ve a la agrupación posando con Lucho Gatica en México (ver Imagen 10b).
Imagen 10b

Fuente: Semanario Pantalla, 18-07-1958

Desde México se trasladaron a Puerto Rico, donde fueron presentados en los canales nacionales de televisión y finalmente llegaron a Nueva York, donde la agrupación comienza su proyección artística mundial.

El éxito de las presentaciones del grupo en Nueva York despertó el interés del sello Embassy, filial de la casa discográfica británica Oriole, por grabar canciones de la agrupación. En dicha casa discográfica Los Hermanitos Ferreira grabaron cuatro canciones en dos discos sencillos identificados con los números seriales 501 y 502. El primero, incluye la guaracha Ahorita va a llover y el porro La perra; el segundo, el porro Chupa flor y el merecumbé El gavilán. En la Imagen 11 se muestra el marbete de la canción el Chupa flor y se puede escuchar el audio.

Imagen 11
Cortesía de Pedro Ricardo Rodríguez

El chupa flor (audio)
 
  Cortesía de Pedro Ricardo Rodríguez 

3.3 Segunda gira internacional, 1959

En el año 1959, realizaron su segunda gira internacional por el Caribe y Estados Unidos, presentándose en Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Honduras, Haití, México y en varios estados norteamericanos: New Jersey, Chicago, Filadelfia y New York entre otros (ver imagen siguiente).

Fuente: Semanario Pantalla de Medellín, 06-11-1959

En la Imagen siguiente se muestra a los Hermanitos Ferreira durante su gira por distintos estados de USA, señalando la canción "Cumbia del Mar" (ver audio) como su éxito de fin de año de 1959.

Fuente: Semanario Pantalla de Medellín, 15-01-1960

Cumbia del mar (audio)

En Puerto Rico fueron homenajeados por la alcaldesa de San Juan (ver galería). En Cuba, fueron recibidos por el Jefe de Estado Osvaldo Dorticós, quien había sido nombrado en dicho cargo el 17 de julio de 1959 por el Consejo de Ministros presidido por Fidel Castro (ver galería).

En México compartieron escenario con artistas célebres como Viruta y Capulina, Christiane Martel, Irma Dorantes, Palillo y Mandel y Girol Olvera; así como con Luis Aguilar y el Trío los Panchos (ver galería). Álvaro, el bongosero de la agrupación, con apenas 12 años, desafió a un duelo al bongó, al ídolo Miguelito Valdés, espectáculo que escucharon pasmados los radio-escuchas y vieron con asombro los televidentes mexicanos. El éxito de la agrupación en la radio y televisión mexicana fue tan notorio, que fueron contratados para participar en la película ¡Concierto! al lado de la afamada actriz argentina-mexicana Rosita Quintana.

En este año de 1959, Los Hermanitos Ferreira graban en el sello Tropical la cumbia "La segunda" y la "Guabina chiquinquireña", en las imágenes siguientes se puede observar el marbete y el audio de la cumbia "La segunda". 

La segunda (audio)

 

También Sonolux se interesó en grabar canciones de Los Hermanitos Ferreira produciendo el álbum "Cumbia del mar" (Sonolux LP-12152) que incluye 12 canciones en ritmos sabaneros y antillanos: el pasaje "Adiós corazón", las rumbas "Cortaron a Elena" y "El gavilán", las cumbias "Cumbia del mar" y "Lamento de cumbia", El chiquichá "la bronca", grabado originalmente por Carlos Román con Aníbal Velásquez; el paseo "Cosa rara", las bombas "El trompito" y "Matilda" y los paseboles "Se rompió el muñeco" y "Caramelito". En las imágenes siguientes se muestran las portadas del álbum y los audios de "Adiós corazón y "La bronca" 


Adiós corazón (audio)
 
La bronca (audio)
   
3.4. Presentación en el Show de Ed Sullivan

 En 1960 Los Hermanitos Ferreira fueron invitados a presentarse, en Nueva York, en el Show televisivo de Ed Sullivan, ante 12 millones de espectadores, los únicos colombianos en lograr esa hazaña. Ver presentación, a continuación. 

En el período 1961-1964 el concepto musical y artístico de la agrupación transitó hacia músicas más universales como pop rock y el twist introduciendo cambios sustanciales en la organología; y en el período 1965-1975, adoptan un formato artístico al estilo The Beatles, alejados del concepto musical inicial de la música de acordeón. Al final cada uno de los hermanos se residenció en diferentes países de Norteamérica y Europa, perdiendo el contacto con la tierra donde nacieron. 

3.5 Galería, 1956-1959

A continuación, se muestran algunas imágenes que testimonian las giras realizadas y reconocimientos recibidos por la agrupación entre los años 1956-1960. Para conocer un relato más pormenorizado de la historia de esta agrupación pulse aquí.







4. CONCLUSIÓN

El análisis realizado permitió identificar y describir hechos relevantes indicadores de los inicios de la proyección nacional de nuestra música de acordeón, los cuales permitieron contrarrestar, en alguna medida, la marginación social a la que había estado sometida dicha música, logrando llegar a escenarios nacionales tan importantes como el Teatro Colón y la Media Torta de Bogotá, radioteatros de emisoras de radio, así como teatros y plazas que en aquella época eran los epicentros de los espectáculos públicos.  El caso de los Hermanitos Ferreira fue un hecho sui géneris, pues su impacto superó los límites espaciales normales, para una época en la que nuestra música de acordeón, apenas comenzaba a reconocerse en el ámbito nacional. Lamentablemente la página escrita por estos niños en la historia de nuestra música de acordeón ha sido poco visibilizada o desconocida.

REFERENCIAS CITADAS

Archivo Histórico de Bogotá, (2025), Julio Torres y los Alegres Vallenatos. Disponible en: https://archivobogota.secretariageneral.gov.co/noticias/julio-torres-y-los-alegres-vallenatos

Atuesta Mindiola, José (2021), “Presencia de Manuel Zapata Olivella y Gabriel García Márquez en la Dinastía López”, en: Panorama cultural, periódico cultural de la cista Caribe colombiana, disponible en: https://panoramacultural.com.co/musica-y-folclor/3198/presencia-de-manuel-zapata-olivella-y-gabriel-garcia-marquez-en-la-dinastia-lopez

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