Pedro Ricardo Rodríguez (Investigador auxiliar)*
Ismael Rudas Mieles (Asesor musical)**
Avis Gil Barros (Asesor musical)*** Fecha de publicación: febrero 11 de 2024
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin la autorización del autor.
Dedicatoria: A la memoria de Don Félix Enrique Rodríguez Ruiz, quien nunca imaginó que el casete que grabara hace décadas con sus canciones predilectas fuera a viajar en el tiempo para ser hoy una contribución importante al presente estudio.
PRESENTACIÓN
Cada trabajo de Ángel Massiris Cabeza lo devoro con apetencia, lo saboreo en el banquete a mantel, el encanto de traernos noticias ciertas en el campo investigativo de la música. La propuesta de Massiris lleva implícita el sustento de grueso aliento del dispositivo del disco, con el santo y seña del marbete para despojar posibles dudas, él como autoridad reconocida en Geografía por la prestigiosa Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es un agrimensor de lo que expresa a través de la escritura, clave esencial en la investigación etnomusicológica, búsqueda incesante y trabajo de campo, basado en la tradición oral, es aquí donde este tipo de investigación es opuesto a la tradición escrita de Occidente con las páginas de musicología.
Gracias maestro Ángel Massiris Cabeza, por enriquecernos en las investigaciones que aporta a la cultura colombiana. Destaco su capacidad de indagar en el matorral del olvido, ahí escarba con olfato, visión y sobre todo, con la necesidad de contar historias, donde la mítica del documento escrito poco dice, se vale de las redes de amigos que viven esa intensa pasión con la música, con intercesores hermanos como: Pedro Ricardo Rodríguez, Ismael Rudas Mieles, Avis Gil Barros y Julio César Oñate Martínez para afianzar un saber y divulgarlo sin titubeos ni mezquindades.
El In Memoriam en honor a don Félix Enrique Rodríguez Ruiz, progenitor de Pedro Ricardo, sembrador de la tradición de melómano y coleccionista, en el resultado puede hablarse de sembradura auditiva y visual para el asombro y curiosidad del espíritu humano en constante espiral de crecimiento. Qué hermoso estar en el círculo de la amistad por medio de la música que canta y nos encanta pensando en un mejor amanecer.
Enrique Luis Muñoz Vélez
Profesor, investigador y filósofo
INTRODUCCIÓN
Cuando se hace referencia a los pioneros de la música vallenata, generalmente se recuerda a aquellos “juglares”, cantautores y acordeonistas quienes fueron los primeros en realizar grabaciones fonográficas, de las cuales existen evidencias físicas, auditivas o documentales que dan cuenta de su existencia; a partir de las cuales es posible saber cómo eran dichas músicas, sus mensajes, estructura musical, ritmos y formas interpretativas. Estos pioneros fueron depositarios de una larga tradición folclórica musical proveniente de cumbiamberos, gaiteros y acordeonistas de varias generaciones que les antecedieron. No obstante, es evidente que cuando se habla de música vallenata se está hablando de un fenómeno musical creado por la industria fonográfica a mediados del siglo pasado, como lo documenta ampliamente Massiris (2023). Fue a partir de la producción fonográfica que comenzó a escribirse la historia de la música vallenata como música popular, luego de diferenciarse de las músicas folclóricas del Caribe colombiano. Los estudios realizados por Massiris (2023), Oñate (2003) y por otros investigadores señalan a varias agrupaciones musicales como las que abrieron el camino de la popularización de la música de acordeón a través de las grabaciones fonográficas: Peñaranda y sus muchachos con la vocalización de Gustavo Rada y la armónica de Mario Narváez; el Conjunto Peñaranda con el acordeón de José Miguel Cuesta; Abelito Villa con Guillermo Buitrago y sus Muchachos y Guillermo Buitrago con el acordeón de Alejandro Barros. Muy poco se ha reconocido a José Barros como parte de ese grupo de pioneros, salvo la referencia realizada por Julio Oñate Martínez al considerar a Barros como un precursor de los cantantes vallenatos (Oñate, 2003: 115-116) y el análisis que Ángel Massiris Cabeza hace de la producción fonográfica de José Barros en la década de los cuarenta, en su reciente libro "Historiografía documentada de la producción fonográfica del Caribe colombiano en la primera mitad del Siglo XX"; en el que da a conocer, preliminarmente, la existencia de ocho canciones de José Barros y su conjunto típico de acordeón, cuyo análisis se profundiza en este artículo (Massiris 2023: 222-223); específicamente se trata de cuatro discos, cuyas matrices fueron grabadas en Colombia en el año 1946, el mismo año en el que de acuerdo con las investigaciones de Massiris (2023) se inició la producción fonográfica documentada de música de acordeón del Magdalena Grande. Se habla de resultados preliminares porque a pesar de contar con la información documental de las ocho canciones depositada en el Registro Nacional de Propiedad Intelectual de Argentina; solo se han logrado conseguir los audios de cuatro y un fragmento de minuto y medio de una quinta canción; lo que deja un margen de incertidumbre en cuanto al contenido musical y literario de tres canciones. Sobre la base de este material se realiza a continuación el siguiente análisis.
ANÁLISIS
José Benito Barros (1915-2007) fue un prolífico y versátil letrista y compositor, e intérprete de variados ritmos musicales prevalentes en la música colombiana de los años cuarenta. En el Sistema de Información Musical de Ángel Massiris (SIMAM), aparecen documentadas entre 1942 y 1950, 136 canciones de autoría de Barros grabadas en los sellos Odeón, RCA Víctor y Discos Fuentes; de cuyo análisis se desprende su gran versatilidad compositiva expresada en cerca de 20 ritmos distintos siendo los más destacados, en su orden, el porro, tango, paseo, pasillo, merengue y cumbia.
José Barros grabó en Bogotá, en las instalaciones de Radio Cristal, ocho piezas musicales interpretadas por la agrupación denominada José Barros y su Conjunto Típico y enviadas a Buenos Aires donde fueron prensadas por la Casa Discográfica Odeón. De acuerdo con el código de grabación en Colombia y de prensado en Argentina que aparecen en marbetes y en la información consignada en el Registro Nacional de Propiedad intelectual de aquel país, estas piezas fueron grabadas en Colombia en el año 1946 y prensadas entre diciembre de 1946 y mayo de 1947. Las ocho piezas aparecen en cuatro discos de 78 rpm, de la siguiente manera: el primer disco contiene el merengue “El lagarto” y el paseo “Golpe de tambora” (Odeón 71-079); el segundo, la cumbia “Alegre pescador” y el merengue “Anda caramba” (Odeón 71-081); el tercero, el paseo “La cigüeña” y el merengue “Soledad” (Odeón 71-086) y el cuarto, el paseo “El hamaqueo” y el palenque “El palenque” (Odeón 71-088). Todas las canciones son de la autoría de letra y música de José Barros e interpretadas por el mismo José Barros con el respaldo de su conjunto típico, una agrupación musical, con un formato instrumental propio de la música de acordeón primigenia como se examina más adelante. El ejecutante del acordeón es un misterio, pues según el investigador Julio Oñate Martínez, al preguntarle al maestro Barros sobre dicho acordeonista, dijo no acordarse (Oñate, 2003:115-116).
En la Imagen 1 (Clic para ver) se puede observar la información de los cuatro discos depositada en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual de Argentina, publicada en los boletines oficiales de dicho país, en tanto que en el encabezado del artículo se muestran los marbetes de uno de los discos. Al final del artículo se presentan los audios de las cinco canciones que hasta hoy se han logrado conocer.
Aunque a José Barros no se le ha considerado dentro de los pioneros de la música de acordeón del Caribe colombiano, quizás por el desconocimiento de sus grabaciones en este formato musical, las ocho canciones identificadas y documentadas en esta investigación obligan a replantear esta consideración. Como se dijo antes, ya Julio Oñate Martínez en su libro el ABC del Vallenato había considerado a José Barros como uno de los precursores de los cantantes vallenatos; sin embargo, el examen geohistórico, literario y musical de las canciones que encontramos nos permiten ir más allá, al considerarlo como otro de los pioneros de la música vallenata. Este planteamiento se sustenta en los siguientes argumentos:
Primero, Barros fue el creador y director del conjunto de acordeón con el que hizo las grabaciones en referencia, en cuya interpretación se observa una organología diversa entre las distintas canciones. Así lo consideró el maestro Ismael Rudas al dictaminar que en las canciones El lagarto y Golpe de tambora (Odeón 71-079), se utiliza caja, guacharaca, guitarra y acordeón y en Soledad y La cigüeña (Odeón 71-086) los instrumentos apreciados por el maestro Rudas Mieles son caja, bajo acústico, clave y acordeón, estando ausente la guacharaca y la guitarra. De acuerdo con estas observaciones del maestro Rudas se puede afirmar que las canciones del primer disco (Odeón 71-079) coinciden con la organología prevalente en las grabaciones realizadas por los otros pioneros de la música vallenata mencionados antes. La organología del segundo disco (Odeón 71-086) puede ser una expresión de las experimentaciones que se hacían en estas primeras grabaciones motivadas por los productores de la industria fonográfica naciente, quienes buscaban sonoridades que motivaran el consumo de los oyentes. Incluso, se observan en estas canciones solos de guitarra. Esto puede ser, además, una expresión de la influencia de la música cubana en el sentido musical de José Barros y de los productores fonográficos de la época.
Segundo, en términos geohistóricos, las grabaciones que se analizan ocurrieron en el año fundacional de la producción fonográfica de la música de acordeón colombiana: 1946, el mismo en el que irrumpieron en la industria fonográfica naciente las primeras agrupaciones de música de acordeón que tradicionalmente se han considerado como pioneras de la música vallenata.
Tercero, predominan en las ocho canciones examinadas los ritmos dominantes en la región magdalenense del siglo XX: el paseo y el merengue. En efecto, seis de las ocho canciones grabadas por José Barros con su conjunto de acordeón (75%) fueron registradas en estos dos ritmos, porcentaje muy similar al presente en el conjunto de las 36 grabaciones documentadas realizadas por los pioneros entre 1945 y 1946 (ver Tabla 1).
Cuarto. Las ocho composiciones grabadas por José Barros y su conjunto típico de acordeón en 1946 son bastante significativas en términos cuantitativos, si se considera que solo son superadas por las nueve de Guillermo Buitrago que también fueron grabadas en acordeón en ese año; José Barros supera en número de composiciones grabadas en acordeón en el año en referencia a Abel Antonio Villa de quien se tienen registros documentados de seis canciones de su autoría grabadas en dicho año. (ver Tabla 1).
Quinto. En el análisis musical realizado por los maestros Ismael Rudas Mieles y Avis Gil Barros, encontraron que en las canciones examinadas se observa la estructura de la música vallenata. Observa Gil Barros que es "claramente identificable una introducción en la que el acordeonista hace unos juegos melódicos distintos a la melodía de la canción, a los que sigue la vocalización del intérprete, luego un puente o interludio antes de entrar a la segunda parte de la canción". Rudas Mieles, por su parte, escucha "coros en los que participan en ocasiones dos coristas al unísono y en otras armonizadas a dos voces". Cabe advertir que la estructura observada por Gil Barros no es exclusiva de la música de acordeón o de la música vallenata, ni su paternidad se le puede conferir a ningún artista en particular, sin embargo, adquiere formas particulares al ser incorporada en cada género y por cada artista en su género, como parte de la creatividad propia de la labor artística, tal como se observa en las interpretaciones de las primeras grabaciones de música de acordeón realizadas por Peñaranda
y sus muchachos con la vocalización de Gustavo Rada y la armónica de
Mario Narváez; por el Conjunto Peñaranda con el acordeón de José Miguel
Cuesta; por Abelito Villa con Guillermo Buitrago y sus Muchachos y por Guillermo
Buitrago con el acordeón de Alejandro Barros; a las que se suma ahora la forma estilística que José Barros con su conjunto típico incorporan a dicha estructura. En su evolución, estas formas fueron siendo enriquecidas por nuevas agrupaciones musicales que se fueron incorporando a la industria fonográfica.
Primera cumbia en acordeón grabada fonográficamente plenamente documentada
Entre las ocho canciones descubiertas, una de ellas, Alegre pescador aparece registrada en ritmo de cumbia, lo cual permite plantear que se trata de la primera cumbia en acordeón grabada en la historia de la música de acordeón del Caribe colombiano, que cuenta con una documentación verificable (registro autoral, audio, marbetes) que da cuenta de su existencia y naturaleza. Esta es su letra:
Va subiendo la corriente / con chinchorro y atarraya
la canoa de barenca / para llegar a la playa.
El pescador... Habla con la luna / el pescador... Habla con la playa
el pescador... No tiene fortuna / solo su atarraya.
La luna espera sonriente / con su mágico esplendor
la llegada del valiente / y del alegre pescador.
El pescador... Habla con la luna..
Regresan los pescadores / con su carga pa' vender
al puerto de sus amores / donde tienen su querer.
Y esta cumbia que se llama / "El alegre pescador"
la compuse una mañana / una mañana de sol.
El pescador... Habla con la luna...
Pulse aquí para escuchar un fragmento de minuto y medio de dicha cumbia. En las plataformas digitales se puede adquirir la versión completa (Amazon Music, Apple Music). En la Imagen 1 se pueden observar los datos depositados en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual de Argentina.
El merengue El lagarto describe el comportamiento social de personajes que se meten en reuniones sociales sin ser invitados y que en los bailes se vuelven "cantantes, tenorios y bochincheros y acaban con la cerveza y el ron, y en reuniones sociales son sabelotodo". Se trata, sin duda, de un canto costumbrista descriptivo, típico de la cultura musical magdalenense de la primera mitad del siglo XX (Massiris 2023: 223). Esta es su letra:
En mi tierra se le llama / a un bicho camaleón (bis)
Pero en Bogotá es lagarto / la misma comparación (Bis)
Aquí hay muchos lagartos / que en todito están mezclados (bis)
Se meten en las reuniones / para salir retratados (bis).
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro; Ay lagarto, lagarto, voz: Ay camaleón
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro: La misma comparación
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro; Ay lagarto, lagarto, voz: Ay camaleón
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro: La misma comparación
Puente
En los bailes son cantantes / tenorios y bochincheros (bis)
De todo saben un poco / Los lagartos de este suelo.
Ellos acaban temprano con la cerveza y el ron (bis)
Malaya con los lagartos / Se los matará un ciclón (bis)
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro; Ay lagarto, lagarto, voz: Ay camaleón
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro: La misma comparación
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro; Ay lagarto, lagarto, voz: Ay camaleón
Coro: Ay lagarto, lagarto, voz: Ay lagartija
Coro: La misma comparación
Pulse aquí para escuchar "El lagarto"
En la Imagen 1 se pueden observar los datos depositados en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual de Argentina.
El paseo Golpe de tambora, por su parte, recrea una cumbiamba en nochebuena, haciendo mención de los elementos característico de esta fiesta tradicional de la costa Caribe colombiana. Además, constituye un testimonio cantado de cómo eran las fiestas de la cumbiamba en la primera mitad del siglo XX, al realizar una descripción de las mismas aludiendo a la gaita, tambor, tambora, espermas, sudor, linternas y al ambiente festivo de esta celebración popular (Massiris, 2023:223). Este paseo es la primera canción grabada en acordeón referida a la Nochebuena, esta es su letra:
Una gaita está sonando, una gaita está sonando / y el tambor repiquetea.
Van y vienen las espermas, van y vienen las espermas / y a la luz de las linternas, se ve el sudor que gotea.
Coro: Compadre. Voz: con el golpe de tambora
Coro: Compadre. Voz: A gozá que ya es la hora (bis).
Coro: Óyelo soná, óyelo soná.
Voz: el golpe de tambora que me quiere entusiamá (bis)
Puente
Son las doce de la noche, son las doce de la noche
ha nacido el niño Dios
golpea tambora buena, golpea tambora buena
que, en la noche, nochebuena
San Pedro también bailó
Coro: Compadre. Voz: con el golpe de tambora
Coro: Compadre. Voz: A gozá que ya es la hora (bis).
Coro: Óyelo soná, óyelo soná. Voz: el golpe de tambora que me quiere entusiamá (bis)
Ya mi pueblo ha trabaja´o, ya mi pueblo a trabaj´o
Doce meses de segui´o
Por eso este currulao, por eso este curralao
Lo tiene más que olvida´o / de las penas y el hastío.
Coro: Compadre. Voz: con el golpe de tambora
Coro: Compadre. Voz: A gozá que ya es la hora (bis).
Coro: Óyelo soná, óyelo soná. Voz: el golpe de tambora que me quiere entusiamá (bis)
Pulse aquí para escuchar "Golpe de tambora" En la Imagen 1 se pueden observar los datos depositados en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual de Argentina.
En el merengue “Soledad” y el paseo “La cigüeña” se repite la estructura musical anterior con introducción, voz, coro, puente y finalización. Son canciones de tipo descriptivo costumbrista. Pulsando en los siguientes enlaces podrá escucha el audio de estas canciones, que aunque no tienen un buen sonido se les puede apreciar relativamente bien.
En la Imagen 1 se pueden observar los datos de estas dos canciones depositados en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual de Argentina.
CONCLUSIÓN
Todos los elementos analizados y argumentados nos permiten considerar a José Barros como otro de los pioneros de la música de acordeón y vallenata del Caribe colombiano.
BIBLIOGRAFÍA
Massiris Cabeza, Ángel (2023), Historiografía documentada de la
producción fonográfica del Caribe colombiana. Bogotá, D.C., Massiris
Producción Editorial.
Oñate Martínez, Julio (2003), El abc del vallenato, Distribuidora y editora Aguilar, Altea, Tauros, Alfaguara S.A.
Restrepo Gil, Mauricio (2018), “Primeras grabaciones hechas en discos de 78 revoluciones en Colombia 1913-1949”; en: Mauricio Restrepo Gil. Repertorio histórico de la Academia Antioqueña de Historia, 112 (193), págs. 181-208.
NOTAS
*Pedro Ricardo Rodríguez: Administrador de empresa de la Universidad de la Salle, coleccionista apasionado por la música del Caribe colombiano.
**Ismael Rudas Mieles: Cantautor, acordeonista y productor musical, integrante junto con el cantautor Daniel Celedón, de la famosa agrupación vallenata "El Doble Poder".
***Avis Gil Barros: Abogado laboralista y profesor de música con formación en Licenciatura en Educación Musical de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, autor de varios himnos institucionales, entre ellos el de la universidad Simón Bolívar.
ADQUIERA LOS ÚLTIMOS LIBROS DE ÁNGEL MASSIRIS CABEZA EN:
Tienda Compae Chipuco (Valledupar): 3219195093
Discos Cartagena: 301 5857645
Directamente con el autor: e-mail: publicacionesmassiris@gmail.com / 3154349399.
Un trabajo magistral: riguroso, documentado, bien escrito y ameno
ResponderBorrarInvestigación en plena escencia, cómo debe ser!!
ResponderBorrar