Autor: Ángel Massiris Cabeza
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Correo: massiris@gmail.com
Publicación: enero 24 de 2024
Actualización: Febrero 3 de 2024
En el ámbito científico no existen verdades absolutas, toda verdad es relativa en función de los datos e información que se tengan en un momento determinado, datos que deben ser objetivos y verificables. Con el surgimiento de nuevos datos, información o conceptos, las realidades cambian, lo que obliga a deconstruir el conocimiento y reescribir la historia. Lo anterior no invalida el conocimiento empírico y otras formas de relato nacidas de la vida social y la tradición oral, los cuales tienen importancia como referentes que permiten conocer las percepciones de los pueblos y de las personas, a partir de los cuales se construyen imaginarios, los cuales hacen parte de sus decisiones, representaciones y prácticas. Los diferentes conocimientos son, en ese sentido, complementarios: El científico, el empírico, el filosófico, etc. En este contexto, nada de lo que se expresa en este artículo, puede considerase una verdad absoluta, es lo que la información disponible, manejada desde una perspectiva científica, ha permitido plantear. Todo puede cambiar, en la medida en aparezcan nuevos datos, nueva información o nuevos conceptos.
La producción de discos fonográficos musicales en Colombia nació ligada a la radiodifusión. Desde sus inicios en la década de los años treinta del siglo pasado las emisoras de radio integraron a sus actividades de difusión, programaciones musicales que incluían presentaciones artísticas en vivo. Ligado a dichas presentaciones se realizaron las primeras grabaciones, generalmente en condiciones técnica poco favorables en materia de sonido y de perduración de los discos grabados. Las primeras grabaciones se hacían directamente sobre acetatos matrices, situación que hacía onerosa, muchas veces, la producción, debido a que las equivocaciones durante la grabación implicaba la pérdida del acetato y su reemplazo, situación que fue mejorando en la medida en que los productores fonográficos iban adquiriendo mejores equipos. En el presente artículo se examina el proceso de desarrollo de la producción fonográfica musical colombiana hasta el nacimiento del primer sello discográfico pionero de la industria discográfica nacional: Discos Fuentes.
Para efectos de análisis, el estudio se centró en la discografía documentada con códigos seriales de catalogación que permitieran la plena identificación y ubicación en el tiempo de los discos. No se consideraron aquellas canciones que, aunque se conocieran los audios, no se tuviera el código mencionado, el cual constituye algo así como la cédula de identidad del disco impreso. Los códigos seriales fueron obtenidos principalmente de los marbetes de los discos y de catálogos de los sellos discográficos.
El contenido que se presenta se basa en una investigación de varios años realizada por el autor, cuyos primeros avances en materia del tema que se está tratando, fueron presentados en el libro Historiografía documentada de la producción fonográfica del Caribe colombiano publicado en el año 2023; los cuales se resumen y amplían en el presente artículo. El propósito es el de aportar información sucinta y documentada que ayude a esclarecer y ordenar la historia de la producción fonográfica nacional y el surgimiento del primero sello discográfico. Se trata de un esfuerzo que complementa trabajos pioneros en esta materia como los realizados por Mauricio Restrepo Gil, C.A. Echeverry-Arias y Julio Cesar Oñate Martínez, entre otros. El análisis se presenta organizado en dos partes: la primera referida a los hechos que antecedieron al nacimiento del primer sello discográfico colombiano y lo contextualizan y la segunda, examina los hechos que dan cuenta de dicho nacimiento y con él, el inicio de la industria discográfica made in Colombia.
Expreso mi agradecimiento a los investigadores y/o coleccionistas Julio Oñate Martínez, Pedro Ricardo Rodríguez, Carlos Javier Pérez Zamudio (Candelazos Tropicales) y Enrique Luis Muñoz por su invaluable colaboración. Del mismo modo, mi reconocimiento a Mauricio Restrepo Gil por su trabajo Primeras grabaciones hechas en discos de 78 revoluciones en Colombia 1913-1949, el cual fue un referente y guía para establecer la relación de los artistas con las emisoras que realizaban las grabaciones, especialmente de aquellas en las que no se especificaba en los marbetes donde se había grabado y aparecían como "grabación hecha en Colombia" o "grabado en Colombia".
1. ANTECEDENTES
El proceso de gestación de la industria discográfica colombiana se realizó entre los años 1934 y 1944, período en el que ocurrieron varios hechos que fueron creando las condiciones necesarias y suficientes para el nacimiento del primer sello discográfico en 1945. En dicho período solo se producía en el país el primer paso de la producción industrial de discos fonográficos musicales, cuyas etapas son: 1. Grabación, que incluye la elaboración de un disco maestro (positivo), también llamado máster o matriz, 2. Estampado en la que se elaboran matrices de estampación (negativos); 3. El prensado en la que se sacan copias a partir de las matrices de estampación destinadas al consumo público. A continuación se examinan los hechos más destacados que antecedieron al nacimiento del primer sello discográfico que realizó el ciclo completo de producción fonográfica en Colombia.
1.1 Toño Fuentes y La Voz de los Laboratorios Fuentes. Primeras exploraciones fonográficas
Las primeras informaciones sobre la emisora Voz de los Laboratorios Fuentes se remontan al año 1934, en una carta enviada por Antonio Fuentes al funcionario estadounidense encargado de la supervisión de la señal de la emisora, Harry Miner, fechada el 10 de marzo del año en referencia. En la misiva Fuentes agradece a Miner el informe positivo dado sobre la recepción de la emisora y le reporta algunos inconvenientes técnicos que la habían tenido dos semanas fuera del aire (ver Imagen 1).
La emisora había sido creada en 1932, para promocionar los productos farmacéuticos elaborados por Don José María Fuentes, padre de Antonio Fuentes, los cuales se venían comercializando desde la década de los años diez del siglo XX. Como se desprende de la carta de la imagen 1, en sus inicios la emisora no contaba con buena señal ni potencia lo que preocupaba a Antonio Fuentes. En 1935, la estación funcionaba con un transmisor marca Collins 30FXB de solo 100 vatios de potencia, tal como aparece registrado en la Revista Radio News de Nueva York de noviembre de 1935 (ver Imagen 2). Las transmisiones se hacían por la banda de 49 metros, la cual se encontraba demasiado congestionada para permitir una buena señal, presentándose interrupciones frecuentes en la transmisión; lo que motivó el cambio a la banda de 31 metros, sin que se lograra mejorar significativamente la fuerza y calidad de la señal; así aparece reportado en la revista Radio News de julio de 1936. En ese mismo año, la familia Fuentes adquiere un nuevo transmisor de mayor potencia que la Collins Radio Company había lanzado al mercado en 1935, identificado como 202A (ver imagen 3), logrando mejorar la intensidad y calidad de la señal. En el mismo año de 1936, la programación radial de la emisora era del 11 a.m. a 1 p.m. y de 6 a 10 p.m., con programas especiales todos los lunes en el horario de 9:30 a 10:30 p.m. y, ocasionalmente, se transmitía también en el horario de 7 a 9 a.m. En el año 1937, la labor de radiodifusión de los productos farmacéuticos de Laboratorios Fuentes se evidencia en una tarjeta de verificación de señal publicada en la Revista Radio New de marzo de ese año en la que se promueve a la emisora y al Jarabe Anti-tísico “para las enfermedades del pecho”; asimismo, promociona el café colombiano a través de una leyenda en la parte superior de la tarjeta que dice: “Colombia produce el mejor café del mundo”. También impulsa a la ciudad de Cartagena, en otra leyenda en la parte inferior que reza: “Cartagena es el más bello e importante puerto de Colombia” (ver Imagen 4).
Durante la década de los años treinta, la programación de la emisora era acompañada de cuñas comerciales de los cuatro productos farmacéuticos creados por Don José María Fuentes: El Jarabe Anti-tísico, la pomada maravillosa, el Específico indio y las Píldoras antianémicas. En la carta de la Imagen 1 se observan fotos de estos cuatro productos. El Jarabe Anti-tísico era el medicamento estrella que la empresa farmacéutica venía impulsando desde la década de los años diez del siglo pasado. Así se desprende de publicidad aparecida en el Periódico El Colombiano en su edición del 24 de diciembre de 1915 y otra que apareció en el Periódico El Mercurio, en su edición del 16 de septiembre de 1928.
Simultáneo con la labor de radiodifusión y la actividad farmacéutica, Antonio Fuentes ensayaba grabaciones con un magnetófono, magnetofón o grabador de alambre (ver imagen 5) que había adquirido en sus viajes a Estados Unidos, país donde realizó estudios de bachillerato y algunos años de bacteriología. El magnetófono de alambre fue creado en 1930, pero su popularización se dio a partir de 1933, gracias a las mejoras que le introdujo la empresa alemana Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft (AEG), en español Compañía General de Electricidad. Se trataba del primer sistema de grabación de sonido sobre soporte magnético que se había lanzado al mercado, el cual, sin embargo, ofrecía resultados pobres en materia de sonido, con una alta distorsión y ruido de fondo, razón por la cual fue rápidamente sustituido por la AEG en 1936 por el grabador de cinta abierta. El joven Antonio Fuentes tuvo muchas dificultades en el manejo técnico de su grabador de alambre, quizás por su impericia, en aquel entonces, para el uso de una tecnología bastante complicada, lo que sumado a los pobres resultados que ofrecía, le planteaba la necesidad de conseguir equipos con las nuevas tecnologías basadas en cintas que comenzaron a circular desde 1936. Su proyecto era el de iniciar la producción industrial de discos en Cartagena de indias, en 1939, asociado a la emisora Voz de los Laboratorios Fuentes; pero, por diversos contratiempos, solo pudo adquirir una buena grabadora a finales de los años treinta y la primera prensadora en el año 1943, la cual, sin embargo, no pudo poner a funcionar por inconvenientes técnicos en su manejo y obstáculos de importación de materias primas para la producción discográfica asociadas a la Segunda Guerra Mundial.
En 1940 se acreditaron 62 piezas, la mayoría grabadas en Bogotá por las Emisoras Nueva Granada y Radio Cristal, interpretadas por dos importantes agrupaciones de música andina: Emilio Sierra y su orquesta y la Orquesta Garavito, las pioneras de la rumba criolla, estilo musical, el cual junto con el porro que por aquel entonces comenzaba a sonar en la fría capital y el bambuco fiestero llenaron de alegría, “costeñizaron” la música andina dando paso a la juerga o jolgorio, al baile mediante ritmos rumberos y fiesteros. En 1940 se grabaron al menos 11 rumbas criollas plenamente documentas en este estudio. En la Imagen 7 se puede observar el marbete del disco y escuchar el audio de la rumba "Vivan los novios". Otras emisoras con un número importante de grabaciones realizadas en el año 1940 fueron Radio Nutibara de Medellín y Emisora Electra de Manizales como puede observarse en el Anexo 1. En las imágenes 8 y 9 se observarán algunas imágenes de discos grabados por dichas emisoras en el año 1940.
Entre 1941 y 1944 las grabaciones de discos matrices realizadas por emisoras colombianas con destino a ser prensadas en el extranjero se amplían. Asimismo, aumentan las opciones de prensado al entrar en escena el sello Odeón. En una muestra de 180 piezas musicales grabadas por radiodifusoras colombianas en el período mencionado, se observa el predomino de la Emisora Nueva Granada de Bogotá con el 39% de las grabaciones (ver Anexo 2). Para esto fue importante la gestión de la Firma J. Glottmann S.A, la cual lideró el proceso de grabación, difusión y comercialización de la música colombiana en la década de los años cuarenta, como representante de la casa discográfica RCA Victor, grabaciones que realizaba principalmente en la Emisora Nueva Granada, dirigida en aquella época, según Mauricio Restrepo Gil, por Ciro Vega Aguilera, quien a su vez se desempeñaba como jefe del departamento de discos de Jack Glottmann (Restrepo Gil, 2018). En el Anexo 2 se pueden observar los datos descriptores de las 180 grabaciones comerciales debidamente documentadas, participaron en las mismas las radiodifusoras Emisora Nueva Granada (Bogotá), Radio Cristal (Bogotá), Emisora Electra (Manizales), Radio Colonial (Cartagena), La Voz de los Laboratorios Fuentes, la Voz de Pereira, Emisora Siglo XX (Medellín) y Emisoras Unidas (Barranquilla). Hay varios hechos que se destacan en las grabaciones del período en referencia, los cuales se examinan a continuación.
El primero, es la aparición por primera vez de registros fonográficos de discos grabados por emisoras del Caribe colombiano: Radio Colonial (Cartagena), La Voz de los Laboratorios Fuentes (Cartagena) y Emisoras Unidas (Barranquilla).
En el caso de Radio colonial, en el Anexo 2 se pueden observar los datos de 12 piezas musicales grabadas por esta emisora en el año 1941, en seis discos de 78 rpm prensados por el sello Victor, todas las piezas son interpretadas por la Orquesta A. No.1. de José Pianeta Pitalúa. De estas grabaciones da cuenta Manuel Zapata Olivella en un artículo publicado en El Diario el Tiempo, edición del 21 de mayo de 1942. Cabe advertir que Radio Colonial es el nuevo nombre con el que se reinaugura el 15 de enero de 1941 la antigua Radio Cartagena, como aparece consignado en una nota periodística del Diario El Tiempo en su edición del 13 de enero de año en referencia. Por esos mismos días apareció también en el períódico El Fígaro de Cartagena un aviso en el que se anunciaba la inauguración de Radio Colonial, señalando entre sus srvicios el de la realización de "grabaciones eléctricas que constituyen un hit musical cada una en su clase". En la Imagen 10 se puede observar dicho aviso. Ocho de las 12 piezas grabadas por Radio Colonial aparecieron en el aviso de J. Glottmann en la edición del Diario El Tiempo del 7 de marzo de 1943, Precisamente en el aviso publicitario con el que esta empresa inauguraba su "Sección de música Discos Victor", publicación semanal para promocionar la venta de los discos Victor. En dicho aviso aparece un extenso catálogo de piezas musicales que incluye 10 porros, 12 congas, 124 boleros, 42 guarachas y 12 rumbas. En la Imagen 11 se muestra la parte inicial del aviso encabezado por los porros mencionados, en tanto que en las imágenes 12 y 13 se muestran marbetes de dos de los discos grabados, en donde aparece explicita la leyenda "grabado en Radio Colonial- Cartagena".
En el caso de Emisoras Unidas fue documentado un disco grabado en dicha emisora en el año 1942 que incluye el bolero “Sin consuelo” y el porro “Miguetera”, interpretados por la Orquesta Victor, la cual no debe confundirse con la homónima del sello Victor (Victor Orchestra en inglés). La primera fue, desde finales de los años treinta, orquesta de planta de la Voz de la Victor de propiedad de Emigdio Velasco y la segunda fue, entre 1910 y 1940, orquesta de planta del sello Victor en Estados Unidos. En 1941, Emigdio Velasco, quien había adquirido en 1938 la Voz de Barranquilla, encadenó las dos emisoras naciendo Emisoras Unidas. En la Imagen 14 se muestran los marbetes de las dos piezas, en los que aparece la leyenda, "grabado en Emisoras Unidas, Barranquilla".
En el caso de La Voz de los Laboratorios Fuentes, se documentó la grabación de 40 matrices de canciones interpretadas por la Orquesta del Caribe y la A No. 1., entre los años 1942 y 1943. Veinte de dichas matrices fueron impresas en Buenos Aires en el año 1943 por el sello Odeón en 10 discos de 78 rpm, en cuyas etiquetas se lee "fabricado especialmente para Laboratorios Fuentes S.A. Cartagena, Colombia" (Ver Imágenes 15 y 16). Las otras 20 piezas fueron reservadas por don Antonio Fuentes para realizar sus primeras pruebas de prensados una vez pudiera poner en funcionamiento los equipos adquiridos en ese mismo año de 1943, lo que solo pudo ocurrir en 1945. En el capítulo siguiente se ahonda en el análisis de estas grabaciones.
Un segundo hecho destacado en el período 1941-1944 es la reducción significativa de los discos grabados por Radio Nutibara (ver Anexo 2), emisora que entre 1939 y 1940 junto con la Emisora Nueva Granada fueron las protagonistas principales de las grabaciones fonográficas. La causa de esta reducción se puede atribuir al hundimiento en el año 1942 de una goleta colombiana que viajaba a Estados Unidos con centenares de grabaciones realizadas por radio Nutibara y otras emisoras de Medellín (Restrepo Gil, 2018). Es sabido que en dicha guerra, Colombia había expresado su apoyo a las fuerzas aliadas lo que puso al país en la mira de los alemanes, razón por la cual, en 1942, un submarino alemán hundió en el mar Caribe las goletas “Resolute” el 23 de junio y “Roamar” el 22 de julio y con ellas las matrices de música que iban con destino a la Victor en Estados Unidos.
3. NACIMIENTO DEL SELLO DISCOGRÁFICO "DISCO FUENTES" Y PRIMERAS GRABACIONES
En la primera mitad de los años cuarenta, la emisora “Voz de los Laboratorios Fuentes” mantuvo su nombre en grabaciones fonográficas y otras actividades comerciales, pero en sus transmisiones al aire, publicidad comercial y promoción de sus programas comenzó a llamarse, simultáneamente, Radio Fuentes o Emisoras Fuentes. Lo anterior es evidente en varios avisos aparecidos en distintos medios de comunicación en los años 1940 y 1941. Por ejemplo, la denominación “Voz de los Laboratorios Fuentes” aparece en la Revista Micro No. 13 del 21 de mayo de 1940 como parte de la Cadena Kresto, integrada por 14 emisoras las cuales se encadenaban todas las noches en el horario de 8:30 a 9:00 p.m., para realizar un programa musical con artistas nacionales y extranjeros. En ese mismo año aparece la denominación Emisoras Fuentes en la publicidad del primer aniversario del periódico radial “Síntesis”, en agosto de 1940 en el periódico El Fígaro y, simultáneamente, como Radio Fuentes en la publicidad de programas musicales con la Orquesta del Caribe. aparecido en el mismo periódico En la Imagen 17 se muestran evidencias de estos hechos.
Entre 1941 y 1948 sigue apareciendo la denominación Voz de los Laboratorios Fuentes tanto en las grabaciones fonográficas gestionadas por Antonio Fuentes para el sello Odeón como en boletines de revistas especializadas en radio como se observa en publicidad aparecida en Radio Annual de 1944, American import & export Bulletin de enero de 1945 y Radio News de febrero de 1948. Mientras tanto, desde 1944 se consolida en otros medios de publicidad, la denominación Emisoras Fuentes, la cual también comienza a utilizarse en los discos experimentales prensados por Toño Fuentes en 1945, en cuyos marbetes se lee: “grabado en Emisoras Fuentes”.
Hacia 1943, ya Antonio Fuentes disponía de un buen equipo de grabación y había adquirido su primera prensadora. En ese año, tal como se dijo antes, grabó matrices de 40 canciones interpretadas por las dos principales orquestas existentes en el Caribe colombiano en aquel momento: La A No. 1 y la Orquesta del Caribe; sin embargo, no pudo poner a funcionar la prensadora por diversos problemas técnicos y de insumos; lo que lo obligó a enviar las matrices de veinte canciones para ser prensadas por el sello Odeón en Buenos Aires y se quedó con las de otras 20 canciones para realizar sus primeros prensados una vez pudiera poner a funcionar su prensadora. En ese mismo año de 1943 le llegaron desde Buenos Aires las 20 canciones impresas en 10 discos de 78 rpm, cuyos datos descriptivos se pueden observar en la Tabla 1. Los códigos seriales de estos 10 discos van del 2010 al 2019, lo que indica que Don Antonio se reservó los códigos 2000 al 2009 para su propia etiqueta.
En el año 1944, Antonio Fuentes no había podido poner en funcionamiento su prensadora. En julio de ese año viaja a Nueva York llevando creaciones del folclor costeño. Dos noticias aparecidas en el diario El Tiempo en julio y agosto de 1944, respectivamente, dan cuenta de este viaje. En el primero se menciona que fue invitado a participar en el programa de la NBC "Americanos todos" donde conversó por 15 minutos sobre música costeña y su percepción de que el porro en poco tiempo sería un éxito internacional, algo que podría reflejar lo que ya tenía en su mente al iniciar la industria fonográfica colombiana (El Tiempo, Julio 21 de 1944). En el segundo, posterior a su regreso a Cartagena, se habla de unas creaciones del folclor caribeño llevadas por Fuentes a Nueva York para ser ejecutadas por orquestas y grabadas. La nota periodística no especifica los detalles de las creaciones, solo se habla de una en especial, un porro de la autoría del mismo Antonio Fuentes titulado "Un cangrejo en Roadway" el cual fue grabado en inglés. La nota periodística en referencia, escrita en agosto de 1944, por el corresponsal de El Tiempo en Cartagena, Hernández de León, dice textualmente:
"El señor Fuentes que es empresario de radiodifusión y que además tiene desveladas aficiones por la música popular de las costas colombianas, llevó a Nueva York varias creaciones de nuestro folklore, las cuales fueron ejecutadas por importantes orquestas y grabadas luego. El señor Fuentes ha traído varias de esas grabaciones, entre las cuales figura un porro original del propio señor Fuentes, denominado "Un cangrejo en roadway", el cual está cantado en inglés" (El Tiempo, agosto 28 de 1944).
El contenido de dicha noticia deja entrever que no fueron grabaciones realizadas en Colombia por orquestas de nuestro país, sino más bien partituras para ser grabadas en Nueva York por orquestas de esa ciudad.
En 1945, por fin don Antonio Fuentes, apoyado por su cuñado, el ingeniero Guillermo Estrada, pudo resolver los problemas y poner a funcionar la prensadora, inciando en ese año el prensado experimental de las matrices de las 20 canciones que había grabado entre 1942 y 1943; las cuales salieron con su propio sello Disco Fuentes (en singular), denominación que mantuvo hasta el año 1948 cuando se agrega el plural para denominarse Discos Fuentes. El primero disco grabado, estampado y prensado bajo etiqueta de Disco Fuentes, con la que nace la industria discográfica colombiana, aparece identificado con el número serial 2000 y tiene por el Lado A la canción titulada Merengue panameño del compositor Daniel Lemaitre y por el B el fandango El pollo pelongo del compositor Joaquín Marrugo interpretadas por la Orquesta A No. 1 de Pianeta Pitalúa. En este primer disco aparece en el marbete la leyenda “Etiqueta provisional” (ver Imagen 18) lo que indica que aún Fuentes no contaba en 1945 con el diseño final de la etiqueta que utilizaría en los discos que fabricaría industrialmente. El segundo disco prensado, aparece identificado con el número serial 2001, en el que se acoplan por el Lado A el porro La vaca vieja de Joaquín Marrugo y por el B, el danzón cartagenero Doble cero de autoría de Lucho Bermúdez. En este segundo disco aparece por primera vez en la etiqueta la leyenda “Grabado en Emisoras Fuentes”; lo que indica, como se mencionó antes, que para 1945 para fines de producción discográfica ya se había consolidado la denominación de Emisoras Fuentes. En la Imagen 19, el lector podrá observar el marbete de La vaca vieja, con la leyenda mencionada. En ambas etiquetas se lee "Marca registrada".
La serie 2000 iniciada por Toño Fuentes bajo la etiqueta Disco Fuentes continuó hasta el Número 2009. En total fueron diez discos de prueba realizados inicialmente, de los cuales se logró conocer en esta investigación la información de seis, cuyos datos se muestran en la Tabla 2. En la Imagen 20 se observan los marbetes del No. 2009, con el que se cierra el paquete de los diez primeros discos. La información de la Tabla 1 permite saber que de las 12 canciones documentadas de esta serie, cuatro fueron interpretadas por la Orquesta A No. 1 y ocho por la Orquesta del Caribe, es muy probable que los otros cuatro discos no documentados aún, sean también interpretaciones de la Orquesta del Caribe. De acuerdo con el acopio de información realizado hasta ahora, podrían ser 18 discos (36 canciones) los grabados por Toño Fuentes con canciones interpretadas por la Orquesta del Caribe, de los cuales ocho habrían sido prensados bajo su propio sello y los otros 10 por Odeón, como se examina más adelante. Cabe anotar que Lucho Bermúdez con la Orquesta Caribe había grabado en Bogotá, en el año anterior (1944), varios discos para el sello RCA Victor, de los cuales cinco se documentaron en esta investigación, identificados con los números seriales 23-0201, 23-0204, 23-0232, 23-0304 y 23-0392. En algunas publicaciones se ha planteado erróneamente que estos discos también fueron grabados en Cartagena, afirmación que aparece desvirtuada en los datos de algunos de estos discos que aparecieron en aviso publicado por J. Glottmann en el Diario El Tiempo, edición del 10 de junio de 1945; donde se dice explícitamente que fueron grabados en Bogotá.
En el repertorio de canciones contenidas en los discos prensados por el sello Odeón se destacan las primeras versiones de canciones emblemáticas de la música caribeña colombiana, tales como: La puerca, Santa Marta, Prende la vela, Cadetes navales y Tristezas del alma; y la segunda versión del himno del Carnaval de Barranquilla Joselito carnaval, cuya primera versión había sido grabada en Bogotá por la misma Orquesta del Caribe en el sello RCA Victor en el año 1944 (RCA Victor 23-0204). En la Tabla 1 publicada antes se pueden observar los datos descriptores de los nueve discos documentados en la investigación.
En el mismo año de 1945, Toño Fuentes grabó varias canciones de la Orquesta Melodía que también envió a Buenos Aires para su prensado, las cuales salieron en el año 1946 bajo el sello Odeón, con la numeración de dicho sello correspondientes a autores colombianos. El primero de esos discos fue catalogado con el número serial 71-068 y depositado en el Registro Nacional de Propiedad Intelectual de Argentina, radicado con el número 215.855 del 2 de abril de 1946. Incluye el fandango Josefina mi negra compuesto por José Manuel de La Hoz y la gaita-cumbia La mochila del compositor Carlos Arnedo. Los otros dos discos aparecen en los registros autorales con los códigos seriales 71-073 y 71-075, incluyen los porros Pocheche, Montería, Ñañe Pérez y el fandango Tres libra y media.
El prensado experimental de sus primeros discos realizado en 1945 le indicó a Don Antonio Fuentes que su prensadora no era eficiente para producir discos en gran escala, razón por la cual decidió comprar una nueva prensadora. En abril de 1946 le llegaron los nuevos equipos, tal como quedó registrado en el diario El Tiempo del cuatro de abril de ese año (ver imagen de la noticia); con sus nuevos equipos Don Antonio comienza en firme la producción discográfica industrial bajo el sello Disco Fuentes.
Para su producción en gran escala, Antonio Fuentes adopta una nueva serie de catalogación para los discos prensados en la que se elimina el número 2 de la serie 2000 y se continúa con el 0020. Este inicio de numeración es una confirmación de que antes de 1946 la Casa fuentes ya había grabado 20 discos con seriales comprendidos entre el 2000 y 2019, los cuales se muestran en la Tabla 1. manteniendo la secuencia que venía desde la serie 2000. El primer disco prensado con el número 0020 incluye dos porros interpretados por la Orquesta Emisoras Fuentes, La mariposa y El sabroso. En los marbetes del disco se mantiene la leyenda “Grabado en Emisoras Fuentes” y se agrega una nueva leyenda que textualmente dice: “La única grabación nacional” (Imagen 21). Esta leyenda puede interpretarse como una forma de expresar públicamente que Disco Fuentes era la primera y única empresa existente en aquel año en Colombia que realizaba el ciclo completo de la producción fonográfica industrial y por tanto el pionero de la industria discográfica made in Colombia. En ese año de 1946 la empresa prensa sus primeros 43 discos (86 piezas), el 90% interpretados por sus dos orquestas de planta: Orquesta Emisora Fuentes y Orquesta Melodía (ver Anexo 3), iniciando así una exitosa carrera discográfica que llevó a la empresa a grabar entre 1945 y 1960 mil discos de 78 rpm con un repertorio musical variado que involucraba gran parte de los ritmos musicales de la geografía regional del país.
BIBLIOGRAFÍA
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Massiris, Angel (2023), Historiografía documentada de la producción fonográfica del Caribe colombiano en la primera mitad del siglo XX. Massiris producción editorial, Bogotá, pp. 312.
Pérez, John Jader (2019), La historia de la radio en Cartagena y su impacto social. 1930-1960, Investigación de grado presentada a la Universidad de Cartagena, Facultad de Ciencias humanas, Programa de Historia.
Portaccio, José (2017), “Orquesta del Caribe”, en: Revista Porro y Folclor, Edición 22, Corporación recreando.
Restrepo Gil, Mauricio (2018), “Primeras grabaciones hechas en discos de 78 revoluciones en Colombia 1913-1949”; en: Revista Repertorio histórico de la Academía Antioqueña de Historía, 112 (193), págs.181-208.
Revista Radio New (1936), Vol. XVIII, No. 1, Julio de 1936, New York. Editor Lauwrence Marsham Cockaday.
Revista Radio New (1936), Vol. XVIII, No. 1, Julio de 1936, New York. Editor Lauwrence Marsham Cockaday.
Revista Radio New (1936), Vol. XVIII, No. 6, diciembre de 1936, New York. Editor Lauwrence Marsham Cockaday.
ANEXOS
Grabaciones de emisoras colombianas en el período 1938-1940
(Pulse en la imagen para ampliar)
Grabaciones de emisoras colombianas en el período 1941-1944
(Pulse en la imagen para ampliar)
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Amigo Ángel que bárbaro este trabajo suyo en esta publicación. En especial el catalogo de los primeros veinte discos de la casa disquera Fuentes, ya que me faltaban varios nombres, los que no aparecen en el catalogo de 1954. Lo felicito por este documento.
ResponderBorrarGracias Ricardo López por tu alentador mensaje. Fuerte abrazo.
BorrarMe alegra mucho su mensaje. Entiendo su emoción, pues es la misma que yo siento cuando un coleccionista me aporta un marbete, un audio u otra fuente documental que me ayude a precisar o corregir los planteamientos que haya hecho. Son emociones profundas e indescriptibles. Gracias.
BorrarÁngel, la rigurosidad de las pruebas aaportadas, hacen de su investigación algo casi irrefutable, pero su manejo científico de la investigación lo hacen ser objetivo y acepta que pueden aparecer nuevos datos. Mi admiración por una investigación donde las fuentes de información son realmente difíciles de acceder y comprobar su veracidad
ResponderBorrarMil gracias por su comentario.
BorrarAngel, verdaderamente eres un adalid de la rigurosidad pero, sobre todo, eres una persona humana con sinderesis, coherencia y personalidad investigativa, lo que te ha conllevado a poner la lupa, en todo aquello que te ha puesto a dudar.
ResponderBorrarTe admiro!.